¿Qué está pasando con la SEC y los exchanges de criptomonedas?

Errepar12/06/2023

Nicolás Antiporovich nos comparte las claves para entender por qué el regulador estadounidense demanda a Binance y Coinbase

La segunda semana de junio comenzó con dos duros golpes para la industria de las criptomonedas. El lunes 5, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos demandó al exchange Binance. Al día siguiente, hizo lo mismo con el exchange Coinbase.

El organismo regulador estadounidense no se metió —al menos en esta ocasión— con jugadores secundarios, sino que fue a buscar a las dos casas de cambio con mayor volumen de comercio del mundo

La SEC levantó varios cargos contra ambos exchanges. El que más preocupa a la industria de las criptomonedas a nivel internacional es la presunta venta de títulos valor (securities) no registrados, delito que ambas empresas habrían cometido, según la denuncia.

Tal como puede leerse en el texto judicial, hay 12 altcoins (es decir, criptomonedas que no son bitcoin), a las que la SEC califica como securities. Estas son Binance Coin (BNB), solana, (SOL), cardano (ADA), polygon (MATIC), filecoin (FIL), cosmos (ATOM), sandbox (SAND), decentraland (MANA), algorand (ALGO), axie infinity (AXS) y coti (COTI).

 

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Que una moneda digital sea calificada como security, implica que queda bajo regulación de la SEC. Por lo tanto, tanto su emisor como las entidades que facilitan su comercio deben cumplir con los registros correspondientes (cosa que no habían hecho ni Binance, ni Coinbase, ni las empresas emisoras de las mencionadas criptomonedas).

Ahora, los exchanges demandados deberán presentar defensa ante las acusaciones recibidas. Un posible argumento es la falta de regulación clara en los Estados Unidos sobre qué criptoactivos son clasificados como securities y cuáles son commodities (o mercancías). Sin embargo, la comisión ha declarado en múltiples ocasiones que considera la mayoría de las ofertas iniciales de monedas (ICO) como ventas de securities.

Otra línea de defensa que los exchanges podrían adoptar es argumentar que las criptomonedas en cuestión no cumplirían con el test de Howey, una prueba legal utilizada en los Estados Unidos para determinar si una transacción se considera una «inversión en un contrato» y, por lo tanto, se clasifica como un título valor. Los criterios de la prueba incluyen una inversión de dinero en una empresa común, con la expectativa de obtener ganancias a través de los esfuerzos de otros.

Por otro lado, es posible que veamos a las empresas emisoras de las criptomonedas implicadas en esta disputa legal, también defendiendo su caso. Podrían argumentar que sus monedas digitales no son securities, sino más bien utilities, es decir, tokens que se utilizan dentro de un sistema específico y que tienen una funcionalidad más allá de solo ser una inversión.

Mientras todo esto ocurre, las empresas afectadas comienzan a ver consecuencias. En el siguiente gráfico puede verse cómo se incrementaron los retiros de criptomonedas de los exchanges, tras las demandas de la SEC:

En la segunda semana de junio, tras las demandas de la SEC, se incrementaron los retiros de criptomonedas de exchanges. Fuente: CryptoQuant

 

¿Y qué pasa con Bitcoin?

 

Bitcoin (BTC), la primera criptomoneda creada y la que tiene la mayor capitalización de mercado, no se ve afectada por este litigio. A diferencia de las demás criptomonedas implicadas, la SEC clasifica a bitcoin como un "commodity" (o «mercancía»), al igual que el petróleo o el oro, y no como un "security".

La razón principal para esta distinción se encuentra en la forma en que se creó y se distribuye bitcoin. Lanzado en 2009 por un individuo (o entidad) conocido como Satoshi Nakamoto, bitcoin no se distribuyó con una ICO (que es una forma común de recaudar fondos para un nuevo proyecto, donde los inversores compran unidades de la moneda). En cambio, los bitcoins se generaron, desde el primer momento, a través de un proceso llamado minería, que es básicamente una competencia entre computadoras para resolver problemas matemáticos.

Además, bitcoin no representa una inversión en una empresa o proyecto común, sino que es un medio de intercambio sin una autoridad central detrás de él. No hay forma de que cumpla con el test de Howey porque no se espera que las ganancias provengan del esfuerzo de un promotor o tercero.  En consecuencia, la SEC ha clasificado a bitcoin como un commodity y, por eso, no tiene (ni pretende tener) injerencia sobre los exchanges que solo comercializan esta moneda.

 

La industria de las criptomonedas necesita reglas claras

 

El caso de la SEC contra Binance y Coinbase tuvo un importante antecedente. A finales de 2020, el organismo demandó a la empresa Ripple por emitir y comercializar la criptomoneda XRP. Según la SEC, se trata de un security no registrado. Desde entonces, cada una de las partes argumenta a favor de su posición, pero, hasta el momento, no hay una decisión judicial definitiva.

Todo esto resalta la urgente necesidad de una regulación más clara y precisa en torno a las criptomonedas en los Estados Unidos. La falta de certeza en este ámbito está frenando la innovación y creando una atmósfera de temor e incertidumbre. Las empresas de la industria «cripto» ya evalúan otras jurisdicciones en las cuales ejercer su actividad.

Los resultados de estos litigios podrían tener un efecto significativo en el futuro. Si la SEC tiene éxito en sus demandas, podría desencadenar una ola de nuevas regulaciones y posiblemente alterar el funcionamiento de muchos exchanges. Por otro lado, si Ripple, Binance y Coinbase logran resistir con éxito estos cargos, podría ser una señal de que la industria de las criptomonedas está lista para resistir incluso los intentos de regulación más intensivos.

 

 

 

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