Lo que los CEOs deberían aprender de la Scaloneta

Errepar19/12/2022

Fernanda Santágata analiza porqué la Scaloneta es inspiración nacional y ejemplo para todos los líderes de grupos de trabajo

En medio del festejo nacional por el triunfo de la Copa Mundial de la FIFA 2022 quedan atrás, y no tanto, los recuerdos de aquellos tiempos de desconfianza y desconcierto. Allá por el año 2018, tras la derrota con sabor a vergüenza en Rusia, las autoridades de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) le ofrecieron el cargo más alto en la Selección Mayor de Fútbol. Por entonces el nombre Lionel Scaloni era muy poco conocido y no era el candidato de nadie.   

En cuatro años pasó de todo, incluso una pandemia, período durante el cual, con incontables variables en contra, su gestión obtuvo el primer gran logro: la Copa América en 2021. Ese momento pudo dar lugar a un cambio de estrategia o a un despegue en su perfil, pero eso no sucedió. Había una forma de hacer las cosas que había llegado para quedarse hasta LA final.

¿Es acaso la figura de Scaloni una inspiración posible y real para aquellos y aquellas que tienen la responsabilidad de dirigir las empresas de la argentina? ¿La Selección representa un cambio de paradigma en relación a los conceptos de éxito y de fracaso? ¿Signo de los tiempos o milagro argentino?

 

No te lo puedo explicar, porque no vas a entender

La página oficial de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) tiene una entrada con el título “¿Qué significa La Scaloneta, el apodo de la Argentina de Lionel Messi?”. El texto que contiene explica este juego de palabras y, a continuación, define que “subirse a la Scaloneta, significó primero acompañar un proceso sumamente cuestionado que después se resignificó en la máquina nacional y hasta se convirtió en un modo de vivir la vida”.

La Scaloneta, expresión que comenzó como una humorada y que luego quedó para siempre, con el tiempo fue tomando otro sentido. Con el correr de los partidos, el término se había convertido en sinónimo de confiar. Después de muchos fracasos y desencuentros, el público futbolero determinó, mediante el lenguaje popular, que se trataba del sentimiento percibido ante un líder contenedor.

Mientras el mundo corporativo aún no se decide si la mejor forma de dirigir grupos es vertical u horizontal parece haber surgido, desde tierras argentinas, una tercera opción: el líder multidireccional y accesible. Una conducción firme y sensible, un referente humano y seguro, una cabeza organizada e inspiradora. Y para eso, el primer paso fue, sin dudas, despojarse de los resabios tóxicos del pasado.

 

Es solo un partido de fútbol

Es difícil hacer entender a la gente que mañana sale el sol gane o pierda la selección”. Esta frase la dijo el mismo Lionel Scaloni en su momento más crítico durante la Copa del Mundo en Catar 2022. Los dichos sucedieron momentos después de la derrota ante Arabia Saudí, el primer y esperadísimo partido de la fase de grupos.

No hubo dramas, ni escándalos, ni reacciones desmedidas tras el primer gran golpe de la Selección en la mayor competencia global. Sin embargo, por aquellos días, para el público argentino todo era tensión y ansiedad, porque el Mundial, como siempre, es a todo o nada. Sin embargo, ningún medio nacional o internacional reprodujo ni una sola noticia alarmante sobre episodios ocurridos en el equipo. Algo había cambiado respecto épocas a anteriores.

No se sabe mucho de la intimidad del trabajo de Scaloni con su grupo, algo que también forma parte de su sello personal, pero todo parece indicar que la cuota de pies en la tierra es alta. Lo que en ese traspié sí se supo fue que perder, para el técnico, es otra cara de la moneda y que eso no significa un final sino parte del ciclo. Porque para ganar, casi como una poesía del tango, primero hay que saber perder. La cosa sana por sobre cualquier objetivo siempre.

 

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Los mejores, con los mejores

Pablo Aimar tiene un pasado exitoso como futbolista y ya trabajaba en el cuerpo técnico de la Selección sub 20 junto con Lionel Scaloni cuando este último recibió la propuesta de su vida. De inmediato, el DT le ofreció a su amigo y colega sumarse al proyecto, propuesta que fue aceptada sin dudar, aun cuando ambos pensaban que era una osadía inimaginable.

Aimar y Scaloni trabajan juntos desde el 2018. Foto: FIFA

Hace poco, Aimar fue consultado sobre por qué todos los integrantes de la Selección Nacional usan el conjunto oficial de indumentaria deportiva todos los días. La respuesta del entrenador fue “Lo primero que sentís cuando llegas al predio es que es un lugar del que no te querés ir. Hay familias que tienen que pagar esta ropa en 24 cuotas, a nosotros no la dan para entrenar, es un privilegio muy grande”. Los colaboradores del líder hablan más de él que sí mismo.

El camino hacia la gloria es impredecible y la fórmula del éxito no está escrita. Aun así, la consagración de Scaloni y los suyos, incluido el jugador más exitoso de la historia Lionel Messi, se puede resumir en tres palabras claves: responsabilidad, empatía y perseverancia. Es inevitable entonces reflexionar sobre qué valores se manejan los liderazgos. Los ídolos populares ya demostraron que se puede ¿Los CEOs podrán?