Qué es la metodología ágil y qué soluciones ofrece para los equipos de trabajo

Errepar24/05/2023

Fernanda Santágata nos cuenta sobre esta herramienta que se utiliza para reforzar la responsabilidad y el apego a los desafíos

La metodología ágil es una forma de pensar el trabajo que proviene de la industria del software y que ha ganado mucho prestigio en los últimos 30 años. Pero ¿Por qué no implementar las bondades de ese formato a otras actividades? ¿Es acaso este método una solución para problemas con los que la mayoría de las industrias lidian a diario?

En tiempos de revolución tecnológica, tal vez, es una buena idea observar cómo funciona un sistema colaborativo que incluye aportes múltiples y comunicación ininterrumpida. Es probable que esa lógica pueda contribuir para lograr objetivos en equipos, incluso en los que nada tienen que ver con la informática. 

 

La historia del método

 

A fines del siglo pasado, con la explosión del mercado del software, surgieron nuevas formas de trabajar. Sucedía que los modos lineales que encadenan una tarea detrás de la otra en el tiempo ya no resultaban útiles. Fue entonces que, a mediados de los 90, quienes se dedicaban a la informática comenzaron a plantear nuevas necesidades para este mundo en expansión. 

 

En el año 2001 se realizó un retiro de desarrolladores en una base de esquí llamada Snowbird, en el estado de UTA, en Estados Unidos. Hasta allí fueron 17 referentes del sector que se reunieron para pensar soluciones a los problemas que les planteaba su profesión en el día a día

En ese momento se creó el método ágil, llamado así porque resolvía la necesidad de sostener una dinámica constante con conversaciones continuadas. Para sellar esta creación, elaboraron un documento llamado con valores que se utilizan hasta hoy: 

  • Los individuos e interacciones están por encima de los procesos y herramientas
  • Un software funcional tiene mayor prioridad que la documentación exhaustiva
  • Se busca la colaboración con el cliente antes que la negociación de un contrato
  • Se debe responder al cambio en lugar de seguir un plan fijo

 

 

La historia continuó y, en los últimos años, a partir de la cuarentena por la pandemia del Coronavirus, este método está en auge a través de plataformas de gestión. Aplicaciones como Asana, Trello, y varias herramientas informáticas del entorno Google tomaron los criterios de la metodología ágil y se popularizaron y masificaron.

Hoy organizaciones de todos los rubros se asisten de estas tecnologías para sus planificaciones y estrategias.  

 

De qué se trata y para qué sirve 

 

Si bien la metodología ágil tuvo su origen en la industria del software, con el tiempo se popularizó y ya se aplica en equipos de trabajo de diversas actividades. La principal ventaja que ofrece esta dinámica, a diferencia de métodos más rígidos, es la flexibilidad y la eficiencia. Por el contrario de lo que se puede presuponer, los contextos menos rigurosos favorecen al compromiso

Lo primero que hay que aclarar es que la metodología ágil es ideal para proyectos grandes que involucran muchos equipos. Más aún, cuando los objetivos son a largo plazo, se establece una rutina en la cual todos y todas pueden trabajar al mismo tiempo. Se trata de participaciones espontáneas y actualizadas. 

El esquema general consiste en entregas en tiempo real de lo que cada uno/a logró. Esos resultados parciales, a su vez, nutrirán las tareas del resto. Una suerte de prueba y error que no se detiene en el tiempo y que siempre está en constante avance. Para que esto ocurra, es fundamental que los canales de comunicación funcionen a la perfección. 

Con estos criterios, no hay lugar para interrupciones lo cual significa que protocolos y burocracias son dejadas de lado mientras que prevalecen la sinergia y el movimiento. De esta manera, el flujo de comentarios, diálogos e intercambios sucede en armonía entre cada participante del equipo.

 

Expertos en relaciones laborales sostienen que la metodología ágil es favorable para reforzar la autonomía, la responsabilidad, el respeto y apego a los desafíos.

 

De este modo, los equipos incorporan nuevas habilidades que no solo servirán para cumplir objetivos laborales, sino que renovarán los lazos humanos y de vida.

Es factible que en épocas en las que todos sentimos que todo cambia todo el tiempo, el contacto fluido con pares resulte mucho más que un método para cumplir objetivos. En medio de las crisis y de las revoluciones, las colaboraciones y las conexiones, más allá de la eficiencia laboral, son una forma definitiva de crecimiento y aprendizaje.  

 

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