El manejo de los datos de los niños, niñas y adolescentes en el ciberespacio

Errepar10/07/2023

María V. Ojeda alerta sobre la necesidad de vigilar de manera activa el espacio en el que nuestros NNyA permanecen inmersos gran parte de su vida

I - Introducción. Del buen y mal uso de los datos de niños, niñas y adolescentes. Lineamientos del Comité de los Derechos del Niño

 

El Comité de los Derechos del Niño (CDN), recientemente, emitió un documento en el que aborda la temática vinculada a la actividad de los niños en el entorno digital. Para ello se valió de una encuesta efectuada a niños, niñas y adolescentes (NNyA) de todo el mundo con la colaboración de organismos de la sociedad civil.

Uno de los puntos fundamentales, o de mayor preocupación de los encuestados, fue qué sucede con sus datos una vez que ellos los suben a la web; es decir, ¿quiénes y cómo se dispone de esa información?

En el entendimiento de que hablamos de un espacio virtual, sensorial, intangible, pero visible, mensurable por sus consecuencias, es momento de mejorar y de adquirir una cultura del manejo de las habilidades digitales. Consciente de que se trata de un espacio social instalado, mediado por tecnología en permanente expansión, es preciso conocerlo para poder generar pautas útiles para su aprovechamiento y, sobre todo, cuando la potencialidad de este espacio afecta a la vida de tantos NNyA.

 

II - ¿Qué es y para qué sirve la gobernanza de datos?

 

En la actualidad todos los sistemas de salud, servicios sociales o establecimientos educativos utilizados por y para los niños, disponen de datos recopilados pertenecientes a ellos. La gobernanza de datos es el manejo, administración o gobierno de esos datos.

Un alto porcentaje de los niños, entrevistados para la elaboración de la observación general (OG) Nº 25 por el Comité sobre los Derechos del Niño, es consciente de que las empresas (de servicios en red, juegos, buscadores, administradores de plataformas como IG, TikTok, YouTube etc.) recolectan sus datos porque a partir de allí se elaboran perfiles de consumo, pueden ver algoritmos que producen ciertos tipos de publicidad y otros contenidos.

Por ello, a través de ese documento, los NNyA piden que las entidades comerciales sean mucho más transparentes sobre cómo recopilan, almacenan y utilizan sus datos personales.

El entorno digital se caracteriza por la celeridad y complejidad en el procesamiento de los datos y, para la mayoría de los adultos de este siglo, resulta altamente dificultoso ponderar el alcance de estas operaciones; es decir del buen o mal uso de todo el torrente de información o “datos” que circulan en el ciberespacio. En definitiva, de los riesgos y beneficios de brindar datos a través de la red.

La inseguridad en el manejo de datos de los NNyA viene siendo una preocupación para las organizaciones regionales e internacionales y, en 2017, UNICEF publicó un Manifiesto a través del cual solicitó a los Estados y empresas un cambio drástico y contundente en cuanto al manejo de información sensible de los NNyA: los hizo responsables de la protección de los datos de los niños y pidió minimizar el uso de vigilancia y algoritmos para perfilar los hábitos de estos.

Los datos de los niños pueden ser usados para manipular su comportamiento. Desde tópicos inocuos, como, por ejemplo, gustos, preferencias de música, moda o juegos, hasta otras propuestas compatibles con la comisión de delitos o que los pueden inducir a caer en fraudes; por ejemplo, viajes estudiantiles, participación en concursos, obtención de becas, uso de bitcoin, apuestas etc. Por supuesto, las cuestiones más graves son las que comprometen su integridad física y/o mental como sextingciberbullying y otras ciberconductas.

Las empresas, gobiernos y las plataformas de redes sociales utilizan cada vez más la microtargeting para moldear las creencias de los NNyA sobre temas como el género, la participación política, o para promover el consumo de bienes y servicios particulares. Los niños en función de ser personas en formación, susceptibles y permeables, son muy sensibles a estas técnicas, que pueden eventualmente socavar su libertad de expresión si no hay una legislación que regule este tipo de injerencias digitales.

La materia prima para estas estrategias de marketing surge de los datos que se encuentran cautivos en la red.

La reciente OG invoca el Principio de minimización de los datos, para que, justamente, los datos pertenecientes a los NNyA usuarios del entorno digital tengan una finalidad acotada al propósito para el cual se solicita, se realice dentro de un marco legal, sea concebido en función del Interés Superior del Niño y no entre en conflicto con los objetivos de la Convención sobre los Derechos del Niño (OG Nº 25, párr. 69).

 

Y además:

 

III - El buen uso de los datos

IV - Los datos en la justicia argentina

V - Legislación

VI - Consentimiento de los niños y la Big Data

VII - Conclusión

 

Este artículo forma parte de la publicación "Temas de Derecho de Familia, Sucesiones y Bioética", exclusivo para suscriptores de Erreius

 

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