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Errepar30/08/2023
Matías Olivero Vila analiza las causas de la tragedia fiscal que tiene la República Argentina
Algo tan simple como que en los tickets de consumo no se visibilicen los impuestos tiene mucho que ver con la tragedia fiscal que sufrimos los argentinos.
Recordemos datos mencionados en anteriores artículos y notas. Argentina es el país con los impuestos más altos del mundo. Lo ha dicho el Banco Mundial y también economistas y tributaristas de la UIA, aplicando tres métodos distintos. El sector formal (o “en blanco”) de la economía está sujeto a una presión fiscal del 50,7% (UIA), siendo 54% la de una familia asalariada promedio (IARAF). Empresarios y empleados del sector formal trabajan más para el Estado que para sí mismos.
Los tributos totales comprendidos en el precio final de los productos y servicios que consumimos rondan entre el 40% y 60%, según cálculos realizados por distintas entidades. Decir que los tributos promedian el 50% del precio final implica que los impuestos rondan el 100% del costo y rentabilidad del producto.
Además, Argentina es el tercer país con la inflación más alta y el décimo país con el riesgo país de deuda pública más elevado. Venezuela y Argentina son los únicos dos países del mundo que figuran top 10 en los tres rankings. Impuestos, deuda e inflación son las tres fuentes de financiamiento del gasto público.
En la otra cara de la moneda de esos tres índices encontramos al gasto público, cuyo descontrol es la causa que genera aquellos excesos. El gasto público se ha casi duplicado desde 2002, entre el 42% y 47% del PBI durante 2018 a 2022.
La evasión ronda el 45%, casi un pago sin factura por cada pago con factura. Se genera y sostiene en cuatro causas. La principal, los impuestos más altos del mundo.
La segunda, la tolerancia de las autoridades fiscales en sus (no) fiscalizaciones, ya que si supervisara adecuadamente enviarían a más de la mitad de las pymes a la quiebra.
La tercera, el incentivo más institucionalizado: en este siglo, cada 2 años y 8 meses, el Estado Nacional ha dictado una amnistía, moratoria o plan de facilidades de pago para regularizarse fiscalmente con distintos grados de sustanciales descuentos. La cuarta, mientras se espera la próxima amnistía o moratoria, la corrupción.
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