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Erreius04/11/2022
Se estima que la firma recortará el 50% de su personal. La demanda pide que se respete una ley sobre preaviso
Los empleados de Twitter recibieron durante la jornada del jueves un email adelantando que les llegará una notificación informándoles si continuarán o no trabajando en la compañía.
Es que el nuevo propietario de la empresa, Elon Musk, pondrá en marcha un plan de despidos masivos, el cual prevé una reducción del 50% del personal.
“Si no le afecta, recibirá una notificación en su dirección de correo de Twitter. Pero si está afectado (despedido) recibirá una notificación con los pasos a seguir en su correo electrónico personal”, indica el mensaje enviado a todos los empleados, recordándoles revisar su bandeja de entrada, “incluido el Spam”.
Según informaron varios empleados en la propia red social, algunos ya se encontraron sin acceso remoto y fueron expulsados de Slack, la plataforma utilizada para organizar el trabajo.
Esta maniobra podría terminar en los tribunales. Apenas conocida la decisión del nuevo propietario de la firma, se presentó en la corte federal de San Francisco, donde la compañía tiene su sede, una acción colectiva en la que se acusa a Twitter de violar las leyes laborales al recortar plantilla sin notificación de despido previa.
Sucede que la Ley Federal de Notificación de Ajustes y Reentrenamiento del Trabajador (WARN, por sus siglas en inglés) restringe a las grandes empresas la posibilidad de realizar despidos masivos sin otorgar al menos 60 días de aviso previo.
Las salidas de Twitter entrarían en este supuesto al superar los 50 trabajadores despedidos en un plazo de 30 días -si se cumplen los planes de Musk- y emplear a más de 75 trabajadores, ya que tiene más de 7.000.
La demanda solicita al tribunal que emita una orden que requiera que la empresa obedezca la ley y que le impida a la empresa solicitar a los empleados que firmen documentos en los que renuncien a su derecho a participar en un litigio.
Si el reclamo sale adelante, la empresa enfrentaría una penalización de 500 dólares por empleado y día por cada despido fraudulento.
“Presentamos esta demanda en un intento de asegurarnos de que los empleados sepan que no deben renunciar a sus derechos y que tienen una vía para ejercerlos”, dijo Shannon Liss-Riordan, la abogada que presentó la demanda.
Algunos empleados también estaban preocupados por la idea de no poder seguir trabajando desde sus casas.
Es que otra de las primeras medidas de Musk es terminar con el teletrabajo: se exigirá acudir presencialmente a la oficina a partir del próximo lunes. Tampoco se mantendrán algunos días de descanso que estaban previstos en el calendario laboral de los empleados.
Tras su entrada en la compañía, el empresario expuso una serie de proyectos en los que pidió al personal que trabajara “las veinticuatro horas del día”.
“Comenzaremos el difícil proceso de reducir nuestra plantilla global el viernes”, señala el mail enviado a los empleados que fue verificado por la agencia AFP.
En el mensaje enviado al personal, Twitter justificó la medida en razones presupuestarias. “Reconocemos que un cierto número de personas que han hecho contribuciones importantes a Twitter serán afectados, pero esta acción es desafortunadamente necesaria para asegurar el éxito de la empresa en el futuro”, expresó la empresa.
El también dueño de Tesla y de SpaceX compró Twitter por 44.000 millones de dólares y tomó su control hace pocos días, luego de seis meses de idas y venidas.
Musk disolvió de inmediato el consejo de administración, despidió al director general y a otros altos ejecutivos, y lanzó nuevos proyectos con objetivos a cumplir rápidamente. De hecho, varios ingenieros reportaron haber tenido que dormir en su puesto algunas noches.
Entre estos proyectos se mencionaron la introducción de una suscripción de 8 dólares al mes que permitirá obtener la verificación de usuario -el tick azul-, la posibilidad de ver menos publicidad y el aumento de la visibilidad de los contenidos publicados.
Además, llamó a ingenieros de Tesla, su empresa insignia de autos eléctricos, para que supervisen el trabajo de los empleados de Twitter desde el viernes.
El multimillonario aceptó pagar 54,20 dólares por acción en abril, justo cuando los mercados caían. Luego intentó durante meses caerse de la transacción, alegando que la compañía le engañó sobre la prevalencia de cuentas falsas.
Posteriormente, Twitter lo demandó para obligarlo a cumplir con el acuerdo, y en las últimas semanas el empresario cedió, resignándose a cerrar el trato en los términos acordados.