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Errepar08/03/2023
Armando Casal se interroga sobre los problemas que enfrentan las micro, pequeñas y medianas empresas en un escenario inflacionario
En la última década, creció la concentración empresaria. Entre 2011 y 2020, la cantidad de firmas registradas en el país cayó 9,5% en total, pero la evolución es despareja: mientras las grandes empresas aumentaron 4%, las microempresas bajaron 10,3%. Los datos de la Fundación Observatorio PyME (FOP), entidad de bien público sin fines de lucro, muestran que la concentración del sector empresario es consecuencia de una fuerte pérdida de competitividad por parte de las firmas que tienen menos de cincuenta empleados. Estas microempresas eran 520.000 en 2011 y los últimos datos dan cuenta que bajaron a 467.000. En contrapartida creció la cantidad de empresas que tienen más de doscientos empleados, que en una década sumaron 127 unidades para llegar a 3491 empresas.
Tras dos años de pandemia y una invasión en Ucrania que pone en riesgo la paz mundial, muchos economistas, líderes empresariales y legisladores coinciden en que nos encontramos en un entorno de alta inflación desafiante tanto para la gobernanza empresarial, como para la forma de operar las empresas. Todos los días surgen nuevos dilemas que abarcan desde los suministros, las operaciones de producción y la administración de personal hasta la gestión financiera y la retención de clientes. Se han combinado problemas como la interrupción de cadenas de suministro y la subida de precios de la energía. La escasez o desperdicio de recursos naturales y el fuerte incremento de los costos de vivienda y energía, unidos a las dificultades de suministro de bienes de consumo, han impulsado la inflación a niveles sin precedentes en los principales mercados mundiales.
Todavía no está claro cuánto tiempo seguirá aumentando la inflación. El impacto económico y empresarial dependerá en gran medida de la duración y gravedad de la crisis, así como de la respuesta política. Pocos líderes empresariales se han enfrentado antes en el mundo a una situación como esta. Una realidad que está poniendo a prueba a sus directivos, profesionales, clientes y a sus accionistas. En la Argentina, la muy elevada inflación es resultado de la combinación de muchos factores, y sus efectos varían de una industria a otra. El impacto dependerá de la estructura de costos (incluyendo energía, materiales y salarios), así como de la capacidad de traspasar los costos a los consumidores. Las presiones inflacionarias sobre los márgenes de beneficio se intensifican a medida que atraviesan los distintos niveles de la economía (energía, cadena de suministro, incrementos salariales y pérdida de demanda).
Si bien hay definiciones de diferentes expertos, para Simón Andrade, el autor del Diccionario de Economía, una empresa es “aquella entidad formada con un capital social, que además del propio trabajo de su promotor, puede contratar a cierto número de trabajadores. Su propósito lucrativo se traduce en actividades industriales y mercantiles o a la prestación de servicios”. La Real Academia de la Lengua Española define este concepto como “una unidad de organización, dedicada a realizar actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos”. Otra definición de la OECD y Eurostat conceptualiza a una empresa como “una unidad organizacional que produce bienes y/o servicios y que se beneficia con un cierto grado de autonomía en la toma de decisiones, especialmente en la asignación de recursos”.
Las empresas suelen clasificarse por:
1. sector (actividades productivas que realizan);
2. tamaño (cantidad de trabajadores y nivel de ingresos);
3. ámbito de actuación (espacio geográfico en el que operan);
4. forma jurídica (identidad legal, socios, capital y tipo de responsabilidad);
5. esquema laboral (modelos de colaboración);
6. procedencia de capital (origen de sus fondos e inversiones);
7. cuota de mercado (porcentaje de participación de las ventas totales).
En la Argentina había 856.300 empresas registradas: 83% microempresas, 16,8% pymes y solamente 0,2% grandes empresas. Además, las empresas de hasta doscientos empleados representaban el 66% de la fuerza de trabajo (empleo formal privado) del país, según los últimos datos que conocemos de la Secretaría de la Transformación Productiva. Esto podría ser un acercamiento al mapa empresarial local, aunque detrás de estas cifras estimadas también hay otras que muestran a las empresas como entes que nacen, se desarrollan y muchas cierran. Las microempresas son las más importantes generadoras de empleo del país, ya que en ellas había 4,3 millones de puestos de trabajo.
Como la mayoría de las nuevas empresas en la Argentina son microempresas, una firma promedio nacería con tres ocupados. Las medianas y grandes entrarían al mercado con unos ochenta y tres y cuatrocientos treinta y un empleados, respectivamente. A medida que permanecen en funcionamiento, aumentan su planta permanente.
La Fundación Observatorio Pyme y el Banco Mundial consideran micropymes a aquellas empresas que tienen no más de diez empleados. El INDEC publica regularmente los principales resultados de la Encuesta Nacional a Grandes Empresas (ENGE), referidos a las quinientas empresas más grandes del país de los sectores no financieros, excluido el agropecuario. Los resultados constituyen un sistema de información permanente que permite comprender el comportamiento de la cúpula empresaria argentina, y son un insumo básico para la determinación de los agregados macroeconómicos: valor de producción, valor agregado, inversión, ocupación, activo y pasivo y transacciones en el exterior.
Un trabajo reciente de la Universidad del CEMA sobre la “Evolución de las Pymes en Argentina y su impacto en el empleo”, nos señala que con respecto a la cantidad de pymes en el sector formal, a marzo/2022, existe un total de 523.842 empresas registradas en la Argentina. Y el 98% del total son empresas con hasta cien empleados. Se observa un descenso de la cantidad de pymes a partir de 2018, que se profundiza luego de la pandemia.
La cantidad de empresas a marzo/2022 se encuentra en los niveles de 2008, con un crecimiento poblacional desde 2008 del 18%. Se define al mundo pyme como la suma de los asalariados de las empresas del sector privado formal con cien empleados o menos (AFIP), los independientes autónomos y monotributistas del sector privado formal (MTySS) y los asalariados no registrados (INDEC-EPH). Las empresas con menos de cien empleados suman el 50,3% de los empleos privados formales, mientras que las de más de cien representan el 49,7% de tales empleos. Las empresas pequeñas son más resistentes al momento de despedir, contratar o registrar a sus empleados por motivo de la rigidez laboral. Todo emprendimiento es, en su origen, una empresa de pocos empleados. Si la evidencia muestra que las empresas pequeñas son las más vulnerables a las crisis, se desalienta la creación de nuevos negocios o emprendimientos.
De acuerdo con los datos brindados por la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores (SEPYME), dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo del Poder Ejecutivo Nacional, hasta diciembre/2019 había cerca de 520.000 inscripciones en el Registro MiPyME. La cantidad de anotados en la actualidad asciende a 1.633.341, lo que significa que en poco más de dos años se triplicó la cantidad de mipymes registradas. De ese total, casi la mitad corresponden al sector de servicios (806.297), un cuarto del total pertenece al sector comercio (397.847) y el porcentaje restante se divide entre los siguientes sectores: industria (213.160), agropecuario (145.182), construcción (69.342) y minería (1513). El registro de empresas mipyme está conformado por todas aquellas sociedades, monotributistas y autónomos que realizan el trámite de solicitud del Certificado MiPyME y que, luego de verificar el cumplimiento de los parámetros, lo obtienen.
Entre los problemas que tienen las empresas argentinas, se destaca que nacen y mueren como pymes, ya que no se desarrollan por falta de recursos para escalar el aspecto tecnológico, es muy alta la falta de dinamismo en el recambio generacional y hay muchas micropymes, puesto que las pymes carecen de apoyo estatal en comparación con otros países. Finalmente, hay bastantes compañías grandes en todos los sectores, pero generalmente lo que falta es un conjunto de enlaces y vínculos entre las grandes multinacionales y las pymes locales. Y así, es muy difícil que compitan en el mundo. En la búsqueda de soluciones para revertir la tendencia de muerte de empresas, la experiencia nos puede señalar evitar el control cambiario, bajar retenciones, cumplir con los acreedores externos y tener una política monetaria y fiscal responsable, con una baja de la inflación. Todo esto puede contribuir a una recuperación económica y a una mayor tasa de creación de empresas.
Exportar es una de las actividades más difíciles de una empresa e implica desafíos tales como mejorar la calidad de sus productos y procesos, abrir nuevos mercados y entender a consumidores desconocidos. Por eso, en general, solo un pequeño grupo de empresas exportan. La cantidad de firmas que lo hacen es una medida de la inserción internacional del país y de la capacidad del sector privado para competir. La baja participación de las empresas en las exportaciones sería un efecto de la posible falta de competitividad. Esto se combinaría con el desconocimiento de cómo insertarse en un mercado ajeno. Las empresas exportadoras, especialmente si son pequeñas y medianas, no pueden correr riesgos en sus ventas al exterior y deben poder asegurarse el éxito en sus exportaciones. Para conseguirlo, tienen que llevar a cabo una serie de procesos internos y externos que les permitirán allanar el camino hacia la exportación.
La ley 24467 tiene como objeto promover el crecimiento y el desarrollo de las pymes impulsando para ello políticas de alcance general a través de la creación de nuevos instrumentos de apoyo y la consolidación de los ya existentes (art. 1).
Por su artículo 2, se encomienda a la autoridad de aplicación definir las características de las empresas que serán consideradas micro, pequeñas y medianas empresas, pudiendo contemplar, cuando así se justificare, las especificidades propias de los distintos sectores y regiones del país y con base en alguno, algunos o todos los siguientes atributos de las mismas o sus equivalentes, personal ocupado, valor de las ventas y valor de los activos aplicados al proceso productivo.
La Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa debe revisar anualmente esa definición a fin de actualizar los parámetros y especificidades contempladas en la definición adoptada. Últimamente, en el Anexo de la resolución 23/2022 (31/3/2022), se establecieron los nuevos límites de ventas anuales para las micro, pequeñas y medianas empresas para los cinco sectores de construcción, servicios, comercio, industria y minería, y agropecuario; así como los límites de personal ocupado, también para dichos sectores, y el límite de activos expresados en pesos.
Conocer el panorama detallado de las empresas en nuestro país contribuye a captar cómo es el mundo de las empresas en la Argentina: ¿Dónde se encuentran, qué tamaño tienen, cuántas empresas exportadoras hay, cuáles empresas contribuyen más a la tasa de creación de empleo? Además, posibilita caracterizar la dinámica de las empresas: ¿Cuántas nacen, cuántas cierran y qué características o patrones presentan las empresas que logran crecer en el tiempo? Seguir estos indicadores nos concede darnos cuenta de cuáles son los problemas que enfrentan las empresas argentinas y analizar cómo evoluciona el proceso de relocalización de recursos entre las mismas. A su vez, es un insumo fundamental a la hora de guiar la política productiva microeconómica basada en datos y evidencia, y nos habilita a fomentar una comunicación correcta y derribar mitos. La Argentina, ¿tiene pocas o muchas empresas? ¿Cuál es la densidad y escala de las empresas argentinas en comparación al resto del mundo? ¿Qué tan relevante es el rol de las pymes en la Argentina? ¿Y el de las nuevas empresas? ¿Cuántas nuevas exportadoras hay y cómo se consolidan en los mercados internacionales?
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