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Errepar29/11/2022
La caída de FTX también se sintió en compañías que operan en Argentina
Hace unas semanas, la exchange FTX, una de las plataformas de intercambio de monedas digitales más importantes del mundo, se acogió voluntariamente al capítulo 11 de la ley de quiebras de los Estados Unidos, con el objeto de reorganizar sus pasivos e intentar alcanzar un acuerdo con sus múltiples acreedores.
Es que sus clientes se vieron imposibilitados de retirar fondos de la Exchange ante la crisis de liquidez que atraviesa la compañía por el generalizado retiro de fondos y las masivas ventas de su token “FTT”.
La caída de FTX arrastró la cotización de otras criptomonedas que sufrieron importantes bajas de valor, y más de 100 empresas afiliadas se están declarando en quiebra junto con FTX.
La situación es tan grave que FTX ha dicho que no sabe quiénes son sus principales acreedores ni dónde pueden encontrarse muchos activos.
En esta etapa, hay muchas más preguntas que respuestas.
La plataforma BlockFi (plataforma que ofrece servicios financieros tradicionales, pero a través de criptomonedas) presentó una demanda contra Emergent Fidelity Technologies, el vehículo inversor de Sam Bankman-Fried, el fundador y ex consejero delegado de la plataforma FTX.
En concreto, exigió el cumplimiento de los términos del acuerdo de prenda, celebrado dos días antes de que FTX se declarase en suspensión de pagos, y recuperar los colaterales custodiados por Emergent.
Durante los últimos días se habló de los procesos regulados por el “chapter 11″ y el “chapter 7″ de la ley de quiebras estadounidense, pero hay diferencias sustanciales entre ellas.
El capítulo 11 regula un proceso judicial que persigue que el deudor alcance un acuerdo con sus acreedores, mediante la presentación de un plan de reorganización que le permita a la empresa continuar sus actividades, administrar sus activos, superar su estado de cesación de pagos y pagar los créditos de sus acreedores. Es un procedimiento similar al acuerdo preventivo de la ley de quiebras argentina.
Dicho “plan de reorganización” debe satisfacer la prueba del “mejor interés de los acreedores”. Es decir, el mínimo requerimiento para que cada acreedor reciba, al menos, lo mismo que hubiere recibido en caso de quiebra de la sociedad y liquidación inmediata de sus bienes.
Asimismo, en este proceso, el juez debe valorar la factibilidad del plan propuesto y su viabilidad (ejecución práctica), como asimismo el deudor debe acreditar que dicho plan registra una probabilidad razonable de éxito teniendo en cuenta la capacidad de gestión de sus directivos, la adecuación de los recursos de capital y la liquidez de la organización.
En tanto, el “capítulo 7″ de la ley de quiebras de los Estados Unidos regula el proceso que tiene por objeto la liquidación de los bienes del deudor, el cese definitivo de sus operaciones y la distribución del producido de la venta de sus activos entre sus acreedores, de acuerdo a ciertos criterios de preferencia. Es decir, la quiebra.
La mencionada ley desplaza la aplicación de cualquier otra norma particular, inclusive los denominados “términos y condiciones de uso” de las plataformas de intercambio como FTX, que son relegadas por la aplicación del derecho aplicable a los mencionados procesos judiciales.
“En todo caso, se requiere que los acreedores (esto es, aquellos que no pudieron retirar o liquidar sus tenencias como consecuencia del incumplimiento de FTX de sus obligaciones) se presenten ante el Tribunal de quiebras de Delaware, Estados Unidos, donde se tramita el proceso judicial, para hacer valer sus derechos y solicitar el reconocimiento de sus créditos, probando su importe y su causa, como asimismo si poseen algún tipo de privilegio para el cobro”, explicó Fernando Tomeo, autor de diversos artículos de doctrina de la editorial Erreius.
Ello supone que, por ejemplo, cada acreedor deberá probar distintos extremos tales como la titularidad de una cuenta en FTX, sus tenencias, la adquisición de tokens y hasta el origen de los fondos, si así lo requiere el tribunal interviniente.
Los ejecutivos y especialistas del sector de las criptomonedas se unieron para solicitar una regulación de estas para evitar que el desplome de la firma de Sam Bankman-Fried siga repercutiendo en el sector.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), señaló que una regulación para el sector "es necesidad absoluta".
Por su parte, Tom Dunleavy, investigador de la firma cripto Messari, remarcó que "la mayor preocupación de los inversores institucionales a la hora de invertir en criptomonedas es el incierto entorno regulatorio".