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Errepar28/12/2022
¿Puede bitcoin servir para pagar bienes y servicios en las compras del día a día?
Periodista especializado en criptomonedas
Como a tantos otros inventos medianamente recientes, a bitcoin (BTC) se le suelen atribuir muchas cualidades. Algunas de ellas se pueden considerar como revolucionarias, mientras que otras despiertan dudas acerca de si es realmente una alternativa diferente al dinero en efectivo y las tarjetas que usamos en la vida cotidiana.
La criptomoneda ideada por Satoshi Nakamoto es definida por su propio creador como “dinero electrónico en efectivo”. Ahora bien, ¿hasta qué punto ha logrado ese cometido al día de hoy?
Para analizar esta cuestión, podemos poner la lupa en varias de sus características y compararlas con otros métodos de pago, como el dinero y las tarjetas.
Hay varias similitudes entre bitcoin y el dinero en efectivo. Una de ellas es que los dos métodos de pago son divisibles. Las monedas nacionales tienen billetes y monedas de distinta denominación, mientras que bitcoin se puede dividir hasta en ocho decimales; las unidades más pequeñas de la criptomoneda se denominan sats.
Ambos métodos de pago también coinciden en la seguridad, en el sentido de que el dinero llegará a la contraparte de una transacción sin posibilidad de que el pago sea rechazado. Esto es algo que sí puede ocurrir, por ejemplo, al abonar con tarjetas, transferencias bancarias o usando plataformas procesadoras de pago.
También se puede decir que los tres métodos son instantáneos. Aunque en Bitcoin esto depende de la congestión de la red en ese momento, usar Lightning Network (una segunda capa de Bitcoin que permite pagos instantáneos) potencia esta característica.
Eso sí, todavía Lightning Network no está lo suficientemente desarrollada como para que millones de personas la usen al mismo tiempo, ni tampoco para enviar pagos que superen el millar de dólares. Tal limitación se replica con las tarjetas, que muchas veces poseen topes máximos para pagar y pueden padecer demoras en sus sistemas.
La diferencia entre la principal criptomoneda del mercado y el dinero en efectivo radica más en su esencia que en su uso práctico. Mientras que el dinero depende de un ente centralizado (el Banco Central) que lo imprime casi a discreción, bitcoin se rige por un protocolo que está distribuido en nodos (computadoras) en todo el mundo y que limita su emisión a 21 millones de unidades.
En cuanto a privacidad, bitcoin y las tarjetas salen perdiendo con respecto al efectivo. Aunque es seudoanónima, porque las cuentas no se identifican con nombre y apellido, la red Bitcoin es transparente e inmutable. Esto quiere decir que, si se identifica la dirección pública de un usuario, se pueden seguir sus transacciones y saldos usando un explorador de blockchain.
Con las tarjetas, está claro que las compañías emisoras y los bancos pueden rastrear los gastos de una persona. No obstante, con el dinero en efectivo esto es mucho más complicado.
También el dinero en efectivo es más fácil de usar. Casi todo el mundo sabe pagar algo con billetes o monedas. Sin embargo, las tarjetas ya requieren de tener una cuenta bancaria o en una plataforma fintech. Usar bitcoin, en tanto, demanda conocimientos específicos aun más elevados.
Otro punto importante es que las comisiones del dinero en efectivo son nulas. En cambio, las tarjetas suelen cobrar un porcentaje del monto abonado. En Bitcoin, por último, las comisiones a los mineros dependen de la congestión de la red. El promedio el 21 de diciembre fue de USD 1, aunque para transacciones de baja prioridad se puede operar pagando mucho menos.
Una ventaja que sí tiene bitcoin con respecto al dinero y las tarjetas es que no se puede falsificar. El doble gasto (es decir, usar el mismo dinero para hacer dos o más pagos) es imposible porque el protocolo de la red utiliza medidas de seguridad basadas en criptografía para impedirlo. En cambio, el dinero se puede falsificar y las tarjetas se pueden duplicar o robar.
Las características descritas con anterioridad no permiten ser tajantes con respecto a la posibilidad de que bitcoin reemplace al dinero en efectivo y las tarjetas, al menos en el corto plazo.
Sin dudas, la criptomoneda tiene características esenciales que la hacen valiosa: es segura de usar, su emisión es finita y no se puede falsificar. Por otra parte, todavía tiene ciertas limitaciones técnicas que superar, además de que muchas personas en el mundo no cuentan con los recursos para usar esta tecnología a diario.
En la otra vereda, las tarjetas de débito y crédito también traen problemas a menudo por la caída de sistemas. Asimismo, suelen requerir el pago de comisiones y tienen riesgos de ser copiadas o vulneradas.
Finalmente, el dinero en efectivo tiene limitaciones a la hora de hacer pagos de montos elevados. No se trata de un problema del dínero en sí, que bien podría permitir estas operaciones, sino del contexto en el que vivimos; es inseguro llevar muchos billetes por la calle. Además, como las tarjetas, el efectivo suele estar ligado a problemas como la devaluación de la moneda en muchos países.