La banca se vuelve digital: neobancos y billeteras digitales como respuesta a los desafíos del futuro

Errepar02/06/2023

La revolución digital llegó a la industria financiera con nuevos actores protagonistas y viejos conocidos que buscan seguir en el mercado

En el universo financiero global (y Argentina no es la excepción), las billeteras digitales y los neobancos se han convertido en protagonistas. De acuerdo a una encuesta de Rapyd, el 96% de las personas bancarizadas utiliza estos servicios.

Ofrecen una propuesta de valor innovadora que pone al alcance de un clic servicios financieros que antes requerían largos trámites y visitas presenciales a sucursales bancarias. Para la generación de nativos digitales, estas herramientas representan la natural evolución de la economía

A los neobancos y billeteras digitales "tradicionales" es necesario sumarles, desde 2020, los brókers de bitcoin (BTC) y criptomonedas. Con la incorporación de tarjetas prepagas, ahora ganan terreno en las aplicaciones del día a día. 


¿Qué impulsa el crecimiento de neobancos y billeteras digitales?

Hay varios factores por los que este tipo de productos financieros resultan de especial interés para los adolescentes y adultos jóvenes (público al que apuntan las campañas de marketing de neobancos y billeteras digitales). Podemos mencionar tres: accesibilidad, menores costos y disponibilidad constante.

El primero de estos factores, la accesibilidad, es determinante en el auge de las billeteras digitales y neobancos. Mediante una aplicación en el teléfono, los usuarios pueden realizar transacciones, pagar servicios, comprar en línea y hasta invertir, todo sin la necesidad de un intermediario físico. Para los jóvenes, acostumbrados a gestionar su vida a través de la pantalla, esto es una ventaja innegable.

Los costos más bajos se explican debido al ahorro que les implica a las empresas proveedoras de los servicios aquí mencionados, el hecho de no tener que mantener una estructura física tan importante como la de un banco tradicional. Vale aclarar, de todos modos, que poco a poco los neobancos ya empiezan a cobrar cuota mantenimiento, al menos por ciertos productos o para recibir ciertos beneficios.

Por último, la disponibilidad permanente es algo que cualquier usuario de un servicio financiero valora. A modo de ejemplo ejemplo, no resulta raro ver en una salida nocturna de amigos que se transfieren dinero a través de una app para pagar la cuenta. Tal situación era impensada años atrás (y todavía es difícil o tedioso hacerlo desde la mayoría de las apps de bancos tradicionales).

La necesidad de adaptarse al nuevo paisaje financiero

Por todo esto, resulta evidente que estas nuevas herramientas están remodelando el paisaje financiero y, en el proceso, están cambiando la forma en que la generación más joven interactúa con el dinero.

A medida que estas innovaciones continúen evolucionando y expandiéndose, es probable que veamos una mayor adopción y una mayor integración en la vida cotidiana. Para los jóvenes, estos cambios no son solo convenientes, sino que representan una forma más natural de interactuar con sus finanzas.

Así se demuestra cómo las billeteras digitales y los neobancos son un punto de encuentro entre los jóvenes y el futuro financiero.

Las billeteras digitales y los neobancos, además, están desafiando las normas establecidas de la industria bancaria tradicional. Para competir en este nuevo entorno, los bancos tradicionales deberán adaptarse. Ya no basta con simplemente ofrecer servicios bancarios en línea.

Los adolescentes y adultos jóvenes que empiezan a bancarizarse están buscando soluciones financieras holísticas que sean integradas, intuitivas y al alcance de su mano. Esto implica una transformación digital profunda, que no solo mejore la eficiencia de sus operaciones, sino que también se enfoque en mejorar la experiencia del usuario.

El verdadero reto para los bancos tradicionales será reinventar su modelo de negocio de manera que puedan mantener su relevancia en este paisaje en constante cambio. Necesitarán innovar en sus propuestas de valor y adoptar las nuevas tecnologías no como un añadido, sino como un elemento central de sus operaciones.